

Ubicada en la confluencia de las fronteras de Brasil, Uruguay y Argentina, la Ilha Brasileira (conocida por los uruguayos como Isla Brasilera) se ha transformado en un ejemplo de convivencia e integración regional, a pesar de ser un territorio en disputa.
La isla, de unos 200 hectáreas, se encuentra en la desembocadura del Río Quaraí, en el límite entre Brasil y Uruguay. Ambos países reclaman su soberanía desde hace décadas: para Brasil, la isla se ubica en el Río Quaraí, que marca la frontera; para Uruguay, el territorio se encuentra al sur de la desembocadura, ya dentro del Río Uruguay, por lo que lo consideran parte de su área de soberanía.
A pesar de este conflicto diplomático, que se remonta a muchos años atrás, la población de la región ha logrado que la isla se convierta en un espacio de integración. Desde 2018, el lugar alberga una gran cruz misionera que simboliza el pasado histórico y religioso de la zona, vinculada a las Misiones Jesuíticas Guaraníes.
Cada mes de octubre, se celebra en la isla una misa con la participación de sacerdotes de Brasil, Uruguay y Argentina, como muestra del entendimiento y la fraternidad entre los tres países vecinos.
Según relatan los pobladores y autoridades locales, la isla es hoy un símbolo de paz sin fronteras, donde se destaca el respeto a las raíces guaraníes y la unión entre las comunidades.
Con la cercanía del aniversario 400 de las Misiones Jesuíticas Guaraníes en 2026, la Ilha Brasileira sigue consolidándose como un espacio de memoria, integración y encuentro entre naciones.