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23 abril 2024, 4:50 am

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Chats borrados, misteriosas amenazas y una deuda: la trama detrás del crimen de Griselda Blanco

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En los últimos días la causa que investiga el asesinato de la periodista en Corrientes dio un giro ante una nueva detención. Las pericias que se esperan y las pistas que son clave. 

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Inicialmente, la fiscalía que lleva adelante el caso pensó que se había tratado de un suicidio, aunque poco después su principal hipótesis viró hacía un femicidio. Sin embargo, hoy ningún móvil está comprobado, sobre todo porque antes del hecho, Blanco había recibidido amenazas que atentaban contra su vida.

Lo que pasó el día del crimen es todavía hoy una incógnita, aunque hay una prueba que será fundamental para identificar al agresor: el ADN de los cabellos que quedaron en las manos de Griselda cuando se defendió del ataque permitirá saber quién fue el que la mató.


La investigación por el crimen de la periodista Griselda Blanco, ocurrido el 20 de mayo en la ciudad correntina de Curuzú Cuatiá, dio un giro importante en los últimos días, después de que liberaran a su ex pareja y detuvieran a un empresario de la noche conocido en la zona.

Inicialmente, la fiscalía que lleva adelante el caso pensó que se había tratado de un suicidio, aunque poco después su principal hipótesis viró hacía un femicidio. Sin embargo, hoy ningún móvil está comprobado, sobre todo porque antes del hecho, Blanco había recibidido amenazas que atentaban contra su vida.

Lo que pasó el día del crimen es todavía hoy una incógnita, aunque hay una prueba que será fundamental para identificar al agresor: el ADN de los cabellos que quedaron en las manos de Griselda cuando se defendió del ataque permitirá saber quién fue el que la mató.

Inicalmente, la fiscalía, a cargo de María José Barrero Sahagún, pidió la detención del periodista Armando Jara, expareja de la víctima. Aunque pasó una semana aprehendido, finalmente este viernes quedó en libertad. De todos modos, seguirá vinculado al caso ya que por el momento no se descarta ninguna posibilidad.

Mientras Jara salía, los investigadores se concentraban en otro sospechoso: Darío Alfredo Ricardo Holzweissig. Se trata de un empresario de locales nocturnos que conocía a Griselda y que promocionaba esos espacios en las redes sociales en las que la comunicadora hacía tranmisiones en vivo.

Holzweissig quedó imputado por el delito de «homicidio simple» luego de que se hallara en un terreno lindero a su casa un segundo celular Motorola azul de la periodista que estaba desaparecido. Cuando se encontró el teléfono, se analizó parte del contenido borrado y se descubrieron varias conversaciones entre Blanco y el empresario. En el mismo terreno se detectó un cuchillo.

Además, hay cámaras de seguridad que muestran a Holzweissig entrando y saliendo de la casa de Griselda en la franja horaria en la que se determinó, según la autopsia, que fue asesinada.

Según Silvia Casarrubia, la abogada que representa a la familia de la víctima y que además era cercana a Griselda en vida, explicó a TN que la autopsia dejó en claro que se trató de una «muerte violenta» por estrangulamiento. «Tenía signos de defensa, fue un homicidio con agravantes», indicó.

«La causa tiene un nuevo imputado, al que signaron públicamente como alguien vinculado a Griselda, que eso es algo descartado, esa fue la versión inicial de la fiscalía. Él publicitaba en la página donde Griselda hacia vivos, le debía dinero y ella se lo pidió», aclaró la letrada.

Además, descartó que la víctima y el hombre hubiera mantenido en algún momento algún tipo de vínculo amoroso. «Lo imputaron por homicidio simple, si existiera un vínculo, lo deberían haber imputado por femicidio», comentó.

Del mismo modo, la abogada dijo que no está nada conforme con la manera en que la fiscalía estuvo trabajando estos días, sobre todo porque rápidamente salieron a decir a los medios de comunicación que se trataba de un femicidio, y porque también detuvieron a una persona que no tenía nada que ver con el hecho.

«Habría que investigar por otras vías, y deberían tener en cuenta las amenazas que ella recibía, queda claro que fue un crimen contra la libertad de prensa», explicó.

Del mismo modo, Casarrubia comentó a este portal que hubo un mensaje particular que Griselda escribió en sus redes sociales contra Holzweissig y que cree que podría ser la clave de este crimen.

«Él la hostigaba tanto, que hasta Griselda le llegó a decir a los hijos que su vida corría peligro y los hijos son quienes llevaron el nombre del empresario a la fiscal», sostuvo.

En este sentido, aclaró que el acusado le pagaba una pauta a Griselda por publicidad en su Facebook, pero que de un momento a otro esos pagos se cortaron. Eso motivó a la periodista a reclamar el dinero y así se desató una situación tensa entre ambos.

«Una de las personas que le daba pauta era el empresario detenido, él no le pagaba y ella dependía del dinero que le daban los comercios y profesionales. Cuando él dejó de darle la pauta, ella le reclamó. Después puso un mensaje en su Facebook contra él y eso lo enfureció», dijo la abogada.

«Ella era amedrentada permanentemente, trabaja sola y siempre estaba en los hechos que involucraban robos, delitos de índole sexual, estafas, de todo, cosas que la gente le hacía llegar porque sabían que lo iba a exponer en sus redes. Por ejemplo, la policía la citaba y le pedía que revelara fuentes de casos que denunciaba, y por eso ella siempre me consultaba», cerró.

Agustina Acciardi/TN

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